Por un buceo responsable: Las buenas prácticas y el respeto máximo por el medio marino debería ser la norma general entre los buceadores.
Bucear es una actividad muy gratificante. Tenemos el privilegio de visitar un mundo extraño, fuera de nuestro elemento natural, lleno de sorpresas y emociones. Pero no debemos olvidar que somos eso, visitantes. Como tales, debemos tener en cuenta que nuestra actuación bajo el agua ha de ser muy cuidadosa.
¿A qué llamamos buceo responsable?
El impacto que debemos causar en el medio marino en el que nos sumergimos ha de ser nulo. Admirar, divertirse y regresar, dejando todo tal cual lo hemos visto al llegar, para que nosotros u otros buceadores lo podamos admirar en otra ocasión. Por supuesto, no tocaremos nada y tendremos mucho cuidado de no remover el fondo con nuestras aletas.
Si levantamos el sedimento del fondo realizando una inmersión en grupo, menguaremos la visibilidad de nuestros compañeros. Pero lo más importante, es que podemos ocasionar daños nefastos en las colonias de animales que viven en el fondo.
Algunas especies tardan años en crecer centímetros, y nosotros podemos destrozarlos en cuestión de segundos con nuestras aletas. Por eso no deberíamos acercarnos a menos de un metro de ellos. Siempre con flotabilidad neutra y en posición horizontal, para asegurarnos de no ocasionar daños en el entorno.
No debería hacer falta mencionarlo, pero las caracolas, conchas y demás, no son “souvenirs” que podamos recoger como recuerdo.
Del mismo modo, nuestra interacción con los peces y demás especies marinas a de ser respetuosa. Intentando molestar lo menos posible, sin abalanzarnos sobre ellos, ni desenterrarlos o deslumbrarlos con nuestras linternas.
Si nos mantenemos a una distancia prudencial, tranquilos y quietos, tendremos la oportunidad de poder contemplarlo durante más tiempo. Además daremos también la opción de que lo vean nuestros compañeros de inmersión, ya que si actuamos con movimientos rápidos, el animal se asustará y desaparecerá.
En definitiva, en un buceo responsable el buceador debe tener un respeto y cuidado máximo con el entorno que está visitando. Siendo muy consciente de la repercusión de sus actos bajo el agua, tanto con la flora como con la fauna.
¿Cómo practicar un buceo responsable?
Los buceadores avanzados saben que la flotabilidad es la clave para tener un buceo satisfactorio. Controlar nuestra flotabilidad contribuirá a bucear más relajados, haciéndonos disfrutar más del buceo al sentir la sensación de ingravidez que tanto nos atrae.
Además mejorará nuestro consumo de aire, permitiéndonos alargar la inmersión (siempre dentro de los parámetros de seguridad) y podremos controlar mejor nuestros movimientos, sin importar la poca o mucha profundidad en la que nos encontremos.
¿Cómo conseguimos una flotabilidad perfecta?
Para llegar a tener un buen control de la flotabilidad primero debemos ajustar debidamente nuestro lastre. Si nos pasamos de peso nos arrastrará al fondo irremisiblemente. En este caso, tendremos que contrarrestar esta flotabilidad negativa hinchando más nuestro chaleco. Esto provocará entre otras cosas un gasto desmesurado del aire, ya que tendremos que hinchar y deshinchar en cada cambio de cota de inmersión.
Esto podría ser peligroso, sobretodo en los buceadores noveles, si olvidan vaciar el aire de su chaleco al ascender en un cambio de nivel, ya que el aire alojado en el chaleco tirará de ellos hacia arriba, arriesgándose a realizar un ascenso incontrolado, con todos los problemas que esto puede acarrear.
Para evitarlo tenemos que utilizar la cantidad de lastre adecuado. Para ello realizaremos una prueba de lastre en superficie y adecuaremos los kilos en función del equipo que llevemos, añadiendo o quitando lastre según convenga.
Control del lastre
Para determinar la cantidad de lastre que necesitas, recuerda que tienes que entrar al agua con el equipo puesto y el chaleco deshinchado de manera que flotes. Ve añadiendo lastre poco a poco hasta que tu flotabilidad sea neutra. De este modo cada vez que inhales el nivel del agua debe quedar a la altura de tus ojos y cada vez que exhales, debes hundirte ligeramente bajo la superficie. Cuando alcances este equilibrio, habrás determinado la cantidad de lastre necesario para la configuración y equipo que llevas en ese momento.
Mediante un control del lastre adecuado, un buen dominio de la flotabilidad y de nuestros movimientos, podremos controlar nuestra interacción con el medio. Esto nos ayudará a cuidarlo mejor, evolucionar como buceadores y practicar un buceo responsable.
Recuerda que somos invitados en el mundo subacuático y de nuestras acciones depende contribuir a conservarlo.